
Los estudiantes de Cuarto Medio cerraron su apadrinamiento con una siembra que deja huella.
Ellos culminaron su proceso con una actividad cargada de simbolismo y compromiso con el entorno: la plantación conjunta de arbustos que, con el tiempo, formarán un cerco vivo. La jornada, realizada en el patio lateral del establecimiento, reunió a padrinos, ahijados, educadoras y profesor jefe en un ambiente de alegría, colaboración y reflexión. Cada pareja o grupo plantó un arbusto, representando el crecimiento compartido, el cuidado mutuo y el legado que los estudiantes de Cuarto Medio dejan a las futuras generaciones.
“Queríamos que nuestro paso por el colegio quedara marcado de una forma significativa, no solo en los recuerdos, sino también en algo tangible que crezca con el tiempo”, expresó Kiara Mancilla, presidenta de curso. “Este cerco vivo simboliza la unión, el respeto y el cariño que construimos con nuestros ahijados durante todo el año”.
Este cerco vivo no solo será un nuevo pulmón verde para el colegio, sino también un recordatorio permanente del impacto positivo que pueden tener los gestos de cuidado, compromiso y amor por los demás, por la naturaleza y por nuestra comunidad educativa.


















