
Los estudiantes de tercero medio de la asignatura Geografía, Territorio y Desafíos Socioambientales celebran el cierre de un proyecto que comenzó en marzo de 2025: la Huerta Urbana Boston. Tras meses de esfuerzo, aprendizaje y colaboración, los jóvenes cosecharon con orgullo brócolis, repollos, puerros y habas, demostrando que la geografía no solo se estudia en los libros, sino que también se vive en los espacios cercanos.
La huerta se convirtió en un laboratorio vivo donde los estudiantes pudieron intervenir el espacio geográfico inmediato, transformando un terreno urbano en un lugar fértil y productivo. Este ejercicio práctico les permitió comprender cómo las decisiones humanas influyen en el territorio y cómo la planificación espacial puede generar beneficios sociales y ambientales.
El proyecto fue posible gracias al trabajo en equipo. Cada estudiante aportó su energía y compromiso, desde la preparación del suelo hasta el cuidado semanal de las plantas. La experiencia fortaleció la idea de que la colaboración es clave para enfrentar los desafíos socioambientales y que la unión de esfuerzos multiplica los resultados.
La huerta se desarrolló bajo principios de agricultura orgánica, evitando el uso de químicos y privilegiando métodos naturales de cultivo. De esta manera, los estudiantes no solo produjeron alimentos saludables, sino que también aprendieron la importancia de proteger el medio ambiente y promover prácticas sostenibles en la vida cotidiana.
La Huerta Urbana Boston deja una enseñanza que trasciende la cosecha: la geografía es una herramienta para revalorizar los espacios cercanos, fomentar la autosuficiencia alimentaria y fortalecer la responsabilidad ambiental. Este proyecto inspira a toda la comunidad escolar a seguir construyendo iniciativas que unan conocimiento, acción y conciencia ecológica.



















